martes, 10 de junio de 2014

Sí, desde que comencé la Universidad mi peso comenzó a aumentar y aumentar a la par de mi ansiedad. Y no me daba cuenta, obviamente ¿Cómo iba a engordar si toda mi vida había sido extremadamente delgada? Pero mi metabolismo no es igual al que tenía hace 4 años, ya no camino todos los días al colegio ni salgo a jugar con mi perro. El pueblo quedó atrás y a pesar de que como mucho menos que en casa de mis padres, me hice setenta veces más sedentaria... y ermitaña.
Ayer recibí una llamada de mi madre diciendo que al ver las fotos de mis recitales notó que había aumentado mucho de peso. Otra vez, yo no me había dado cuenta. Hace como dos años pasó lo mismo, tenía 4kg que sobrepasaban mi peso ideal. Está bien, yo no me peso periódicamente, pero cuando lo hago eso me pone en apuros ya que o estoy muy baja de peso o el número de la balanza me dice que soy una vaca. Mi altura tampoco ayuda, mido 1,46m, mi cuerpo es pequeño y los cambios bruscos de peso pueden alterar la salud de mi columna y de mi autoestima ._.
Hace un tiempo seguía creyendo que esto era de chicas superficiales y huecas, pero me di cuenta que la forma en la que te veas y cómo te gustes, no es algo que podemos dejar de lado como cualquier otra cosa que si puede ser superficial y jasdljksaj, porque todos tenemos complejos, pero hay que valorar cada parte de nuestro cuerpo, darnos la oportunidad de amarnos como somos, pero ante todo, gustarnos, mostrar lo mejor y dar lo mejor sin la necesidad de sufrir en el camino.
En mi caso, quiero hacer algo con mi cuerpo, dejar de intoxicarlo con tanta azúcar diaria y ponerme ropa bonita sin pensar en qué tanto esa remera o ese pantalón va a marcarme los rollitos. Pero toda ambición requiere un plan de acción.
Yo soy muy floja, nunca me ha gustado hacer ejercicio y mucho menos privarme de la comida que me gusta. Pero hay formas de dejar esos malos hábitos y voy a ponerlas en marcha.
Eso de salir sin desayunar y que a la noche te comas hasta el mantel, es de gordos, y no de cualquier gordo, sino de SUPER GORDOS. Y yo lo hago, y he aquí los resultados.
Mi plan es comenzar a comer más veces al día, pero no las típicas medialunas por las que me derrito, sino reemplazarlas por una fruta, cereales, algo rico pero saludable. Caminar a la facultad o bajarme del colectivo unas cuantas paradas antes. Subir las escaleras en vez de usar el ascensor. Cocinar en casa en vez que comprar comida rápida. Comenzar clases de baile o gimnasia (no me gusta bailar, pero encontré una música que me gusta y se baila, así que tal vez esa era la respuesta).
En fin, dejar de criticar mis defectos y comenzar a solucionarlos, porque nadie puede hacer ejercicio por mi, nadie va a bajar mi peso ni va a hacer magia para desaparecer el tejido adiposo que descansa en mi pancita. Sólo yo puedo, sólo yo debo.